Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El pasaje de la vida de Jesús más narrado por los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan es el de la Pasión, Muerte y Resurrección. Quizá, gracias a este
info
El pasaje de la vida de Jesús más narrado por los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan es el de la Pasión, Muerte y Resurrección. Quizá, gracias a este testimonio que ha perdurado más de 2000 años, tenemos los testimonios más reales y verídicos de cómo era la crucifixión. Esta obra, acerca al lector a la realidad histórica de aquellos actos de ejecución. El suplicio de la crucifixión llegó a Roma por influencia de Cartago. Por lo general, el cadáver del reo permanecía colgado hasta que se corrompiera o se convirtiera en presa de animales y depredadores. No obstante, el magistrado podía permitir por alguna gracia especial que el cadáver fuese sepultado antes, como ocurrió con Jesús. La crucifixión era un suplico bestial que Roma no aplicaban a ningún ciudadano romano. La máxima pena para un romano era privarle de la ciudadanía. De hecho, crucificar, era una pena destinada casi en exclusiva a los esclavos, aunque también en ocasiones se empleara con libertos y peregrinos. Delitos como la alta traición, la sublevación, la deserción de un soldadoà eran castigados con la cruz. En las provincias romanas er