Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Miramos con temor hacia un futuro incierto. Hay falta de esperanza en todas partes. Byung-Chul Han identifica la sociedad occidental actual como una sociedad co
info
Miramos con temor hacia un futuro incierto. Hay falta de esperanza en todas partes. Byung-Chul Han identifica la sociedad occidental actual como una sociedad con miedo. Parece que los apocalipsis están de moda: «apocalypses sell», «los apocalipsis venden». A través de nuestras pantallas, nos encontramos constantemente expuestos a narrativas apocalípticas: el miedo a las pandemias, al colapso climático o a una próxima guerra mundial es omnipresente. El temor y el resentimiento alimentan el egoísmo y el odio, erosionan la solidaridad y la empatía, y, en última instancia, ponen en riesgo la democracia. Han se aleja del patrón que hasta ahora habían marcado sus últimos libros, en los que analizaba fenómenos sociales concretos, con el desarrollo de una filosofía de la esperanza. Según Han, la esperanza precede a la acción y, a la vez, la trasciende, infundiendo sentido a un presente aparentemente fragmentario. La esperanza es, por lo tanto, revolucionaria y comunitaria. Este no es solo un libro «sobre» la esperanza: es también un libro «de» esperanza.