Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Celebrar los cumpleaños es algo más místico de lo que pudierapensarse. Chesterton reprochaba a Bernard Shaw que este último no locelebrara nunca. Ir tan en
info
Celebrar los cumpleaños es algo más místico de lo que pudierapensarse. Chesterton reprochaba a Bernard Shaw que este último no locelebrara nunca. Ir tan en contra del instinto popular derivaba de una actitud poco natural y propia de una filosofía pasada de rosca, queha dejado de atender a los datos de la realidad que nos rodea.Los cumpleaños nos recuerdan que estamos vivos y que podíamos noestarlo; que celebramos «algo», cuando, en lugar de «algo», podríahaber «nada». Y esto es, en sí, lo místico, lo misterioso, loprodigioso. El mundo que nos rodea, el cosmos, y las cosas máspequeñas como el césped o la cerveza son cosa mística, como diríaChesterton.Y este libro surge, precisamente, para conmemorar los años. Cientocincuenta años del nacimiento de G.K. Chesterton. Y conmemoramos sucumpleaños porque su pensamiento está muy vivo.