Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
«El mundo se ha vuelto imprevisible e inquietante».Como tantos occidentales nacidos en las últimas décadas del siglo XX,el dominico Adrien Candiard tenía l
info
«El mundo se ha vuelto imprevisible e inquietante».Como tantos occidentales nacidos en las últimas décadas del siglo XX,el dominico Adrien Candiard tenía la percepción de vivir en un mundofirme y tranquilizador que, de modo casi repentino, se ha hundido enel curso de apenas unos pocos años. La pandemia, una guerra a nuestras puertas, catástrofes climáticas, inestabilidad económica... ¿debemostemer el fin de los tiempos? ¿Tiene la fe cristiana algo que aportarante esta situación?«Evidentemente, no espero de Dios soluciones mágicas a estasdificultades. Sin embargo, la fe cristiana no nos deja completamentedesamparados frente a esta acumulación de catástrofes, al contrario,esta fe nos propone una serie de recursos ciertamente subestimados. La Biblia ha desarrollado así un género literario destinado precisamente a los tiempos de crisis, el así llamado género 'apocalíptico'. Lapalabra puede dar miedo, y los textos apocalípticos todavía más. Contodo, si son lecturas para tiempos de crisis, quizás sea más que nunca el momento de leer estos textos»